0 comentarios

Ateo

Si fueras ateo, Birbal - planteó el emperador a su primer ministro a modo de reto- , ¿qué diríais a los verdaderos creyentes de todas partes del mundo?
Aunque Birbal era un devoto brahmán de Trivikrampur, respondió sin vacilar:
-Les diría que, en mi opinión, también todos ellos son ateos; yo solo creo en un dios menos que cada uno de ellos.
- ¿Y eso? - preguntó el emperador.
- Todos los verdaderos creyentes tienen buenas razones para no creer en ningún dios excepto el propio - adujo Birbal - y son ellos por tanto quienes, entre todos, me dan las razones para no creer en ninguno.

La encantadora de Florencia - Salman Rushdie

0 comentarios

Mentiras

¿Es esto lo que hacemos todos?, se preguntó el emperador. Este hábito de la mentira encantadora, este continuo embellecimiento de la realidad, esta pomada aplicada a la verdad. ¿es la bellaquería de este individuo con tres nombres solo muestra locura en versión agrandada? ¿Es la verdad algo demasidado pobre para nosotros? ¿Hay algún hombre que no la haya embellecido alguna vez, o incluso que no la haya abandonado por completo? ¿Acaso no soy "yo"mejor que él?

La encantadora de Florencia - Salman Rushdie

0 comentarios

Ruido y vida

El ruido es vida y el exceso de ruido es señal de que la vida es buena.

La encantadora de Florencia - Salman Rushdie

0 comentarios

NOSOTROS

Y aquel día en particular también (meditó) acerca de esta cuestión gramatical del sujeto y sus Tres Personas, la primera, la segunda y la tercera, los singulares y los plurales del alma. Él, Akbar, nunca se había referido a sí mismo como "yo", ni siquiera en privado, ni siquiera en un arranque de ira o en sueños. Él era -¿qué otra cosa podía ser?- "nosotros". Era la definición, la encarnación de Nosotros. Había nacido en la pluralidad. Cuando decía "nosotros" , se presentaba a sí mismo con total naturalidad y sincero convencimiento como la encarnación de todos sus súbditos, de todas sus ciudades y territorios y ríos y montañas y lagos, así como de todos los animales y plantas y árboles dentro de sus fronteras y también de los pájaros que volaban por el cielo y los mosquitos urticantes en el crepúsculo y los monstruos sin nombre en sus guaridas subterráneas, royendo lentamente las raíces de las cosas; se presentaba a sí mismo como la suma de todas sus victorias, como el receptáculo de las personalidades, las aptitudes, las historias y quizá incluso las almas de sus adversarios decapitados o simplemente pacificados; y además se presentaba a sí mismo como el apogeo del pasado y el presente de su pueblo, y el motor de su futuro.
Ese "nosotros" era lo que llevaba implícito ser rey; pero sin duda también los hombres corrientes, se permitió pensar, en interés de la justicia ,y para propiciar el debate, se consideraban de vez en cuando plurales.
Acaso esta idea del sujeto como comunidad era lo que llevaba implícito ser un ser en el mundo, cualquier ser, siendo tal ser, a fin de cuentas, inevitablemente un ser entre otros seres, una parte del ser de todas las cosas.
La encantadora de Florencia- Salman Rushdie